Animales de compañía en Bogotá: entre el amor, el abandono y los retos de salud pública

En Bogotá, el vínculo entre humanos y animales de compañía ha cambiado radicalmente en los últimos años. Hoy, perros y gatos no solo habitan los hogares, sino que también son considerados parte de la familia. Pero esta transformación ha traído consigo nuevos desafíos sociales, legales y de salud pública que aún están lejos de resolverse. 

 

Más animales de compañía, más preguntas

Según estimaciones de la Secretaría de Salud, cerca de 350.000 perros deambulan actualmente por las calles de la capital, una cifra que representa el 10% del total de animales de compañía reportados oficialmente. La ciudad aún no cuenta con un censo real y actualizado, lo que complica la toma de decisiones para enfrentar el abandono y la reproducción sin control. 

“En ningún escenario, creo que es justo con los animales verlos solamente como un tema de convivencia, porque hay que trabajar muchísimo en su bienestar y su protección”, aclara Antonio Hernández Llamas, director del IDPYBA.

Localidades como Ciudad Bolívar, Usme, Bosa, Kennedy y San Cristóbal concentran el mayor número de animales en condición de calle. Ante esta situación, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) ha fortalecido las jornadas de esterilización, no solo desde sus dos centros fijos, sino también a través de unidades móviles. La meta es ampliar a ocho puntos de atención para el año 2026.  

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La adopción: una nueva oportunidad para los animales de compañía

El director del IDPYBA, Antonio Hernández Llamas, conoce de primera mano el valor de la adopción. Palermo, Frida, Orión, Bruno y Aquiles, sus cinco animales, todos adoptados, son el reflejo de una apuesta personal y profesional por el bienestar animal.

Actualmente, el Instituto tiene más de 150 animales listos para encontrar un hogar definitivo, luego de haber cumplido con sus procesos de recuperación. 

¿Qué documentos solicitan para adoptar un animal de compañía en Bogotá?

Para adoptar, se exige:

- La cédula del adoptante. 

- Un recibo de servicio público para verificar el estrato socioeconómico. 

- Un video del espacio donde vivirá el animal, con el fin de garantizar su bienestar. 

“Tuvimos reunión, la semana anterior, con el presidente de la Federación Comunal de Bogotá. Vamos a trabajar, me pidió el alcalde Galán, buscando que cada junta de acción comunal tenga su comisión de protección y bienestar animal y con ellos podamos hacer este trabajo pedagógico tan fuerte y tan importante”. Comenta Antonio Hernández Llamas, director del IDPYBA. 

El objetivo para este año es llegar a 600 espacios habilitados para la adopción, promoviendo así hogares responsables y reduciendo la cantidad de animales en refugios.

¿Dueños responsables?

Uno de los temas más delicados es el comportamiento de algunos cuidadores. Casos de maltrato animal, negligencia, e incluso de ataques en espacio público hacia peatones y niños, han encendido las alertas. Uno de los más graves ocurrió recientemente, cuando un joven perdió sus brazos tras un ataque por parte de una jauría. 

“Nosotros avanzamos con algunas de las posibilidades de rehabilitación, con las condiciones que encontramos desde la brigada, para crear unos compromisos de la persona tenedora y justamente estamos mirando unos elementos para convertir una tragedia como la que ocurrió en una oportunidad”. Comenta Antonio Hernández Llamas, director del IDPYBA.

Las autoridades investigan, pero también enfrentan el reto de hacer cumplir las normas existentes, que muchas veces son ignoradas o simplemente no se aplican con el rigor necesario.  

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Más que mascotas, parte de la familia

En medio de esta compleja realidad, algo es evidente; los animales ya no son simples mascotas. Son parte de núcleos familiares, con necesidades físicas y emocionales. Este fenómeno transforma no solo el concepto de familia, sino también el modelo de ciudad. 

"La adopción es fundamental si queremos ser una ciudad que realmente logre las metas en protección y bienestar animal. Hay que entender que esto es un sistema de protección, que entra por maltrato, crueldad, abandono, accidente, y rehabilitamos y salen en adopción. Si no, nos volvemos acumuladores públicos de perros y de gatos, y se nos reducen las capacidades para poder atender a todos los que diariamente se requieren". Antonio Hernández Llamas, director del IDPYBA. 

Pero con el amor por los animales también viene la responsabilidad de cumplir la ley, garantizar su bienestar, y asegurar la convivencia en el espacio público. Porque una ciudad que cuida a sus animales, también se cuida a sí misma.