Digamos NO MÁS BULLYING con Valentine

¿Por qué es necesario hablar del bullying?

LR: “En esta edad, por el mismo desarrollo que van teniendo los niños, hay una conciencia diferente, un nivel de desarrollo superior en el que pueden aprender y analizar las situaciones que se van presentando en la cotidianidad de una manera mucho más clara. Yo creo que es el momento en el que ellos pueden empezar a entender, a ponerse en el lugar del otro, poder reconocer que existe alguien que es distinto, que es diferente a nosotros, que tiene unas características probablemente opuestas y eso no interfiere para nada en lo que pensamos o sentimos”.

¿Por qué puede ser tan complicado hablar sobre el maltrato?

LR:  “Una de las cosas más difíciles que tuvimos en el proyecto fue poder obtener las historias para basarnos en cosas que pasaban en la realidad. Yo siento que todavía existe como una resistencia a hablar de las situaciones que se presentan, de maltrato, además que hay un poco como de vergüenza cuando cuando se va a identificar una situación de estas a partir no sólo de lo de los de los niños, sino también de los de los padres. Hay mucho miedo y los niños muchas veces no hablan porque creen que van a tener unas consecuencias si lo hacen y lo que se debe hacer es descubrir la situación, lo que está pasando, ponerlo en palabras, poderlo sacar, ponerlo afuera, que es una de las de las cosas que ayuda a resolver el tema”.

¿Cuál crees que puede ser el mayor aprendizaje al hablar sobre maltrato?

LR:  “Siento que la mayor experiencia, la más valiosa, es sentir que sí se puede, que se puede poner afuera, que se puede decir, que se puede modificar, que puede pasar algo, que se puede se puede llegar a resolver la situación en la que se encuentra un niño”.

¿Cuáles son los síntomas del bullying?

LR:  “Cuando un niño es víctima de prácticas maltratantes, puede estar muy asustado o empezar a tener dificultades a nivel académico. Pueden ser niños que empiezan a tener unas alteraciones a nivel emocional, a pasar de un estado de ánimo a otro con facilidad. Comienzan a tener una autoestima baja, a sentirse y a mostrarse desanimados, desmotivados con actividades que generalmente hacían como jugar o interactuar con otros, se aíslan.   De alguna manera empiezan a tener otro tipo de conductas y si se agrava muchísimo, se afectan otras funciones fundamentales como el sueño, la comida, y se alteran los vínculos de todas las relaciones con la familia. Es tan angustiante, está tan triste y abrumado con todo lo que le está pasando que que no sabe realmente dónde va a poner todas estas cosas que se está sintiendo y que muchas veces por este miedo, por la desconfianza, no saben realmente si van a recibir el apoyo”.

Tips para abordar (o frenar) el bullying

• Cada vez se va haciendo más necesario ponerle nombre a las prácticas maltratantes. Hay que empezar a desmitificar porque cuando se pone la palabra “bullying”, aparece toda esta cosa del miedo y la vergüenza.
• Hay que empoderar a los niños, hablarles absolutamente de los derechos que tienen, a ser escuchados, a exigir también que se les respeten.
• Desarrollar en ellos todo este tipo de habilidades y de competencias sociales,  emocionales y ciudadanas que tiene que ver con la asertividad, por ejemplo que puedan decir que puedan hablar de manera clara y respetuosa.
• Que los niños pueden ser también enérgicos cuando pongan un PARE. Cuando ellos vean que los vienen a maltratar o decir cosas que no le gustan, que puedan decir NO, no puede ser, no quiero, no me gusta, me hace sentir mal, ¡respétame!
• El proceso es que los niños hablen con los papás, los maestros, nosotros que somos los psicólogos, que estamos trabajando en el colegio. Que tengan la posibilidad y sepan que pueden buscar ayuda y que obviamente la van a encontrar.
• Para los papás en las casas estar muy atentos, establecer unos controles parentales, tener una buena comunicación con sus hijos
• Generar espacios de confianza, de diálogo, de seguridad, darles la posibilidad de poder poner afuera todos estos sentimientos que tienen que ver con el miedo, con la angustia, con la ansiedad, con la vergüenza.

Y ¿qué hay de las otras partes?

LR: El maltrato nos involucra a todos y todos tenemos unas consecuencias, entonces hay que empezar a modificar y entender que cuando nos tratamos bien, todos ganamos. La otra cara también tiene que ser trabajada y tomada en cuenta. ¿Por qué? Porque estos son niños que también necesitan muchísima ayuda. Un niño no maltrata porque sí, un niño no es intimidador porque quiere. La invitación siempre a trabajar con los testigos, que son absolutamente movilizadores porque tienen varias funciones o se quedan paralizados o se suman también a la molestia, a decir NO nos gusta. No nos sentimos bien con esto.

¿Qué aprendimos de todo esto?