El oso de anteojos: el protagonista del afiche oficial de Rock al Parque 2025
Este año, el oso de anteojos no solo es el centro de atención en los bosques andinos, también es una de las estrellas de Rock al Parque 2025. El único oso de Sudamérica es ahora símbolo de resistencia, identidad y biodiversidad en uno de los festivales de música más importantes del continente. Pero ¿quién es realmente este rockstar de la fauna sudamericana? Ponte cómodo porque en eureka te lo contamos.
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El oso de anteojos: insignia de Sudamérica
Conocido científicamente como Tremarctos ornatus, el oso de anteojos es la única especie de oso que habita en América del Sur y una de las ocho especies de osos en el mundo, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
También lo llaman oso andino, oso frontino, enjaquimado, cucumari (en quechua) o wii (en lengua embera-katío), lo que ya dice mucho sobre su conexión con los pueblos indígenas y las culturas ancestrales de la región, según información de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Su nombre, tan curioso para muchos, se debe a unas manchas blancas alrededor de los ojos que parecen unas gafas. Además, es de tamaño mediano, pelaje oscuro, hocico robusto y orejas pequeñas: un verdadero personaje.
¿Dónde vive el oso de anteojos?
Este oso vive en los Andes tropicales, desde Venezuela hasta el noroeste de Argentina, pasando por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Su hogar abarca bosques secos, húmedos, matorrales y hasta páramos, en altitudes que van desde los 1.000 metros hasta zonas por encima de los 4.000.
A diferencia de otras especies, como nos cuenta WWF, el oso de anteojos no hiberna. Como en su entorno siempre hay alimento, no necesita encerrarse a pasar el invierno.
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El aliado de los bosques
Aunque puede comer carne, el oso de anteojos es principalmente vegetariano: frutas, tallos y raíces están en su menú diario. Lo mejor de todo es que, mientras se alimenta y recorre amplias zonas, hasta 61 km cuadrados en el caso de los machos, va diseminando semillas, ayudando a regenerar los bosques que habita.
Esto lo convierte en una especie sombrilla: al protegerlo a él, se protegen decenas de otras especies y ecosistemas clave como los páramos y los bosques de niebla, de donde proviene el agua que muchas personas consumen.
El oso de anteojos está en peligro de extinción
La UICN clasifica al oso de anteojos como vulnerable, principalmente por la destrucción de su hábitat, la expansión agrícola, la deforestación y la caza ilegal.
Algunos campesinos lo ven como una amenaza para sus cultivos o ganado, y por eso lo persiguen. Además, hay quienes lo cazan por su pelaje, garras o grasa, e incluso por simple entretenimiento, como lo alertaron desde National Geographic.
Conservar al oso de anteojos es más que salvar a un animal emblemático, es garantizar la salud de los ecosistemas andinos y proteger los recursos naturales del planeta.
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Que sea parte del afiche de Rock al Parque no es casualidad. El oso de anteojos representa nuestra identidad andina, nuestra biodiversidad única y el llamado urgente a cuidar lo que nos hace diferentes. Es un símbolo de resistencia, así como el rock. Es nativo, fuerte, sabio y un verdadero guardián de los bosques.
Este año, mientras disfrutas de la música, recuerda que la naturaleza también tiene sus leyendas vivas. Y una de ellas está en peligro.
