Residentes del barrio San Isidro en Usaquén denuncian contaminación de la quebrada ‘La sureña’

En el barrio San Isidro, ubicado en el nororiente de Bogotá, los residentes han estado lidiando con un problema grave durante más de cinco años: la contaminación por aguas residuales en la quebrada ‘La sureña’. 

Esta situación ha generado una serie de preocupaciones y denuncias por parte de los vecinos, quienes afirman que la empresa responsable del alcantarillado en la zona no está manejando adecuadamente las aguas residuales, lo que afecta tanto la calidad del agua en la quebrada Sureña como el suministro de agua potable en la capital.

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Los residentes han reportado malos olores y contaminación del agua como algunas de las consecuencias de este problema. Leonardo Salina, uno de los habitantes del sector, asegura que el problema se debe a “la contaminación de fuentes hídricas por vertimientos de agua de este alcantarillado que está inconcluso y que vierte directamente a la quebrada ‘La sureña’ sin ningún tipo de tratamiento”.

Juan Felipe Namen, edil de Chapinero, ha calificado esta situación como un "atentado" contra las generaciones presentes y futuras, ya que el agua residual de aproximadamente 22 mil habitantes de la UPZ 89 y del barrio San Luis se vierte en fuentes de agua limpia y nacimientos de agua.

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A pesar de las denuncias y de la gravedad del problema, los y las residentes afirman que no se han tomado medidas efectivas para mitigar el daño a las fuentes hídricas de la zona. Sin embargo, las autoridades del acueducto comunitario 'Acualcos' han asegurado que está prevista la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales para abordar este problema.

“Somos un acueducto comunitario que tenemos recursos limitados, por eso hicimos un plan a un determinado tiempo para poder recolectar esos recursos y realizar la construcción de la PTAR (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales)”, manifestó Marisol Hernández, representante legal de Acualcos.

Mientras tanto, la comunidad ha tomado medidas por su cuenta, instalando pozos sépticos en sus hogares para filtrar las aguas residuales y evitar que estas agraven la contaminación de la quebrada ‘La sureña’, que desciende de los cerros hasta el resto de la ciudad. 

La comunidad  hace un llamado a las autoridades ambientales para que tomen medidas correctivas y garanticen la protección de todas las fuentes hídricas de la ciudad.

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Por David Bautista Dorado